En entrevista en “Cómo estamos hoy!”, Marco Enríquez Ominami dio a conocer cómo han intentado afectar a su familia, en operaciones lideradas por Chadwick y Piñera.
Para Mauricio Israel, conductor de “Cómo estamos hoy!”, Karen Doggenweiler ha sido por lejos la mejor animadora en la historia del Festival de Viña del Mar. “Como primera mujer en presentar el evento, en toda esa presión a la que fue sometida Karen, mostró la calidad de profesional que es, no bajó en ninguna parte del certamen”.
Sobre este y otros temas, Israel entrevistó a Marco Enríquez Ominami, quien dio a conocer que su esposa se preparó, se concentró, formó un muy buen equipo, en un proceso que refleja el resultado de un gran trabajo previo.
En cuanto a los besos de Doggenweiler con Rafael Araneda y Francisco Melo, Ominami admitió que no se sintió incómodo: “Yo soy director de TV, dirigí cine, 400 millones de besos de distintas personas, por lo cual sé que es un juego. No lo vi mal, el con Pancho Melo, fue un buen beso en todo caso”.
De paso, aprovechó de manifestar que ella “es igual en la casa que en la televisión, se ríe todo el día, es buena para el chiste corto. Disfruto mucho de cómo es. Además, en un tema que me preguntan tanto, tiene cero operaciones, sólo buena alimentación, fue deportista así que tiene memoria en el cuerpo a diferencia mía”.
Y es tanto el cariño que la gente tiene por Karen, que MEO contó una entretenida anécdota en su regreso a Chile: “venía en el avión LATAM, y me sorprendí porque de repente me regalaron un vino, indicando que era en honor a mi esposa”.
Mauricio Israel, asimismo, preguntó a Marco acerca de lo que se afirmaba antes del Festival de Viña del Mar 2025, donde se supone Karen fracasaría por culpa de su relación con él.
“Somos un matrimonio muy raro, ella es consensual, muy amada, y yo soy controversial. Lo que conocen sobre nuestra relación son operaciones, no es ciudadanía, no nos tomen de imbéciles como pareja… Son tuits de José Antonio Kast, yo denuncié a Chadwick y a Piñera respecto a un Troll Center, que lo pagaba Alberto Espina”.
“Vinieron a decirme a mi casa, “a mí me pagan unos 800 mil pesos, tengo 200 cuentas para destruirte a ti y a Karen”, así que no me vengan a contar cuentos, todo lo que se sabe de nuestro matrimonio son operaciones sucias de terceros”.